Roberto Contreras Olivares
Ministro[1]
Presentación en la apertura de la segunda reunión de la Comisión Permanente de Mecanismos Alternativos y Restaurativos de Resolución de Conflictos y Tribunales de Tratamiento de Drogas y Alcohol que funciona al amparo de la Cumbre Judicial Iberoamericana y que congrega a trece países. Se llevó a efecto en el Hotel W de Santiago de Chile el 26 de agosto de 2016.
Nos reunimos en este día presencial o por vía remota 13 de los 23 países que conforman la Cumbre Judicial Iberoamericana y que integran, al interior de ésta, la Comisión Permanente de Mecanismos Alternativos de Resolución de Conflictos y Tribunales de Tratamiento de Drogas y/o Alcohol.
La Comisión se crea en la XVIII Cumbre Judicial Iberoamericana que se llevóa efecto en Asunción, Paraguay en abril de 2016, con motivo de la aprobación de los productos Cumbre, que son las Guías de Aplicación Práctica de la Mediación en general y de la Conciliación en Materia
Laboral (MARC) y el Modelo de los Tribunales de Tratamiento de Drogas y/o Alcohol (TTD), cuyos destinatarios son un número aproximado de 618 millones de personas en los 23 países mencionados.. El objetivo de la Comisión, según sus Estatutos es propiciar su uso y fortalecer la aplicación de estas Guías y Modelo TTD. La Presidencia de la Comisión está a cargo de dos países, Costa Rica y Chile, y nuestro país tiene a su cargo también la Secretaría Técnica del organismo. De allí, que esta segunda reunión de la Comisión se lleva a efecto hoy en Santiago de Chile.
No quiero extenderme demasiado en estas palabras, dada la importancia de los oradores que me sucederán, pero abordaré algunas ideas que tratarán de explicar el fenómeno que sostiene, creo, la existencia de esta Comisión MARC-TTD y su razón de ser, como el interés que ha despertado el tema que nos convoca, tanto a nivel nacional como internacional.
El título de estas palabras es “ ¿Crisis, o una lectura optimista de las
circunstancias?”.
La pregunta que surge es ¿por qué una lectura optimista?. Veamos.
La situación política y social en Iberoamérica, y en general en el mundo,
ciertamente no es de las mejores. Hay hechos que son de público conocimiento que no repetiré, y que todos los días vemos y escuchamos en los medios de comunicación. Existe un descontento ciudadano sobre la forma de solución de los problemas que aquejan a la gente, a la comunidad. Y esas voces se alzan y avanzan hacia un destino que nos cuesta avizorar y que es preocupante.
¿Qué sucede en el ámbito de la justicia?
En la órbita civil, según mediciones del año 2011[i], ese tipo de causas en todas las materias que conoce el Poder Judicial de Chile representó cerca del 60% (58,95%) del total de procesos. En tanto, dentro de ese espectro, los juicios ejecutivos o relativos a ejecución ascendieron a un 90%. De ese número un 85% corresponde al retail y a las instituciones de cobranza. Se distribuye ese porcentaje de 85% en 19 empresas (10 de retail y 9 instituciones de cobranza). Es decir, la gestión de aquellas 19 empresas cubre más de la mitad del quehacer jurisdiccional del Poder Judicial.
En el ámbito laboral, el ingreso de causas por cobranzas representa el 92% de las causas.
En materia de acciones cautelares de protección, las Cortes de Apelaciones del país en el año 2015 y durante el año 2016 tuvieron un ingreso aumentado en casi catorce veces con motivo de las alzas de los planes de salud que anualmente realizan las Instituciones de Salud Previsional (Isapres).
En los asuntos penales: 1°) El 60% de los delitos que se cometen en Chile y el mundo están asociados al consumo problemático de drogas y alcohol, según informe de la CICAD-OEA de 2013. En junio 2015 la tasa de consumo problemático de drogas y alcohol de personas internas en centros penitenciarios de la Región Metropolitana fue de un 76%. 2°) 7 de cada 10 personas con consumo problemático de drogas condenadas a penas privativas de libertad, vuelven a delinquir en los 3 años posteriores a su excarcelación (Dato de 2008). 3°) Entre los años 1980 y 2015 aumentó la población carcelaria en Chile un 200% aproximadamente, de 15.000 a 44.000 recluidos. Vamos hoy en casi 55.000 internos, es decir un 300% de aumento. 4°) El 47% de las personas recluidas en centros penitenciarios inició su carrera delictual a los 13 años. 5°) El costo del sistema penitenciario aumentó en un 400% entre los años 1990 y 2004. El gasto promedio por interno en Chile en 2013 era de $450.101 equivalente a 700 dólares mensuales.
Estos datos reflejan, nos parece, una cruda realidad, preocupante, como hemos dicho, pero no de crisis en el sistema de justicia.
La pregunta que surge ahora es: ¿Cuáles han sido las respuestas a estos problemas constatados?. Diversas. Los resultados, se están evaluando.
La justicia tradicional adjudicataria, tanto en materia civil, laboral, cautelar o proteccional, como en lo penal, ha tenido algunas dificultades para contener el aumento masivo y explosivo de los conflictos de todo orden.
Nuevos instrumentos, nuevas fórmulas de resolución de los conflictos, por tanto, se hacen imprescindibles.
Avanzamos en Iberoamérica a través de mecanismos alternativos y restaurativos, la mediación y la conciliación (MARC), como en el programa de tribunales de tratamiento de drogas (TTD), hacia una nueva manera de articular esas decisiones jurisdiccionales, y hacerlas más eficientes y efectivas. Los indicadores de resultado de los MARC indican que un gran número de conflictos del orden civil y laboral pueden resolverse por esa vía y descongestionar los tribunales civiles y del trabajo para enfrentar las causas más litigiosas y complejas. Los TTD muestran en Chile que de aquellos imputados que egresaron exitosamente del programa de tratamiento y fueron sobreseídos definitivamente, sólo un 11% reincidió, teniendo en cuenta que las cifras de reincidencia general superan el 50%. A la vez, el costo del programa es de un tercio de lo gasta el sistema en una persona privada de libertad.
La nueva estrategia o cambio de paradigma que proponemos, en fin, es sólo el cambio de la verticalidad tradicional en las decisiones hacia la horizontalidad, con colaboración activa de los justiciables. Menos jerarquización y más participación de los propios interesados y por qué no de la comunidad en general. Soluciones compartidas y a veces incluso consensuadas entre los intervinientes, en el TTD, que superan el antagonismo estructural del ámbito penal entre el fiscal y la defensa.
Creemos eso traerá más legitimidad al sistema y su constante validación, mayor certeza, mas convicción y satisfacción en el cumplimientos de las obligaciones que se definan, más seguridad y paz social que se articulará desde el propio individuo en la base y de allí escalando en diversos estamentos de participación.
Los Centros de Justicia Ciudadano, diseñados en nuestro país en el año 2015 se alinean precisamente en torno a estas ideas. Proyectamos un modelo de justicia (al 2020) que transita hacia lo que se denomina un “verdadero sistema de protección de derechos y de la dignidad humana”. Y se erige como una “herramienta regeneradora del tejido social; la reinterpretación del derecho de acceso a la justicia, adaptándola a las exigencias” de hoy y tendiente al “aseguramiento de la tutela judicial efectiva, como medida de eficiencia y eficacia de los actores del sistema de justicia; y la efectivización de los derechos económicos, sociales, culturales, civiles, políticos y colectivos, reconocidos por el Estado en distintos instrumentos, no solo aquellos consagrados a nivel constitucional y legal, sino también de aquellos radicados en tratados internacionales de derechos humanos, contratos y la jurisprudencia” nacional e internacional.
El filósofo José Ortega y Gasset acuñó la recordada frase acerca de que “Yo soy yo y mi circunstancia, si no la salvo a ella no me salvo yo”.
En el famoso y trascendental discurso del Cementerio de Gettysburg, en el año 1863 Abraham Lincoln no puso su acento en la desgracia por los caídos en el campo de batalla de la gran guerra civil norteamericana, sino en la esperanza que nacía de las heroicas acciones de aquellos muertos, y sus palabras aún hoy resuenan: “El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho tiempo lo que aquí digamos, pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquí. Somos, más bien, nosotros, los vivos, quienes debemos consagrarnos aquí a la tarea inconclusa que los que aquí lucharon hicieron avanzar tanto y tan noblemente. Somos más bien los vivos los que debemos consagrarnos aquí a la gran tarea que aún resta ante nosotros”.
Doy por abierta la segunda reunión de la Comisión Permanente de Mecanismos Alternativos de Resolución de Conflictos y Tribunales de Tratamiento de Drogas.
Entrego la más cordial bienvenida a los colegas, hermanos y hermanas magistrados de los países que nos acompañan, y estoy cierto que lo que aquí se discuta y acuerde servirá para honrar toda la gran tarea que han hecho nuestros antecesores y dar generosos frutos.
Muchas gracias.
[i] Fuente del Ministerio de Justicia y del Poder Judicial
[1] Es Ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel en Chile y Co Presidente de la Comisión Permanente de Mecanismos Alternativos de Resolución de Conflictos y Tribunales de Tratamiento de Drogas y Alcohol de la Cumbre Judicial Iberoamericana, y está a cargo de su Secretaría Técnica.